BARCELÓ

23 septiembre 2009

LA FLOTA FANTASMA DE SINGAPUR

Puede parecer un fenómeno fantasmal, una atrevida línea costera, pero si nos desplazamos hacia cualquier punto de la costa de Singapur, por ejemplo, el East Coast Park lo que veremos es la mayor flota de barcos de cargamento jamás reunida en la historia, una gigantesca formación compuesta por miles de cargueros y petroleros y que, en su conjunto, iguala en número de barcos a las armadas de EEUU y Gran Bretaña juntas.

El puerto de Singapur ya era uno de los más transitados del mundo, pero ahora barcos llegados de todos los rincones del planeta han elegido estas tranquilas aguas para quedarse hasta que escampe el temporal económico. Según explicaba en mayo en The New York Times, el motivo es que se trata de una zona con escasas tormentas, el combustible y las reparaciones son baratas, y se encuentran realmente cerca de los más importantes puertos de Asia, desde donde quizá reciban un encargo.

Los cargueros están vacíos y sin tripulaciones, apenas un par de  hombres para evitar los actos de piratería, por lo que algunos lugareños ya hablan de "barcos fantasma". "Nunca vemos a nadie a bordo", dicen los pescadores, "y algunas personas les tienen miedo. Piensan que pueden traer maldiciones y que tienen malos espíritus".

Los barcos se apartan de la costa porque así se evitan pagar los costes del puerto y porque la ley les permite permanecer durante meses sin tripulación. La acumulación es de tal calibre que se aprecia incluso en Google Maps. Las autoridades también vigilan su presencia vía satélite y advierten del creciente peligro de colisiones por la congestión entre las aguas de Malasia e Indonesia.



El origen de esta situación está en la crisis y la caída de los precios. El coste de enviar un contenedor de 40 pies desde China al Reino Unido ha caído desde £850 más combustible que costaba el año pasado a £180 que cuesta este año. El coste de un carguero entero ha descendido aún más, desde los £185,000 del pasado verano a £6,100 de principios de año.


Las compañías no reciben encargos y no pueden trabajar,  la cadena sigue y por lo tanto afecta a miles de trabajadores y a los astilleros de todo el planeta. Los diferentes gobiernos llevan semanas hablando de muestras de recuperación económica y de brotes verdes, pero hay un indicador que resultará infalible: el día en que la zona se despeje, aunque sea mínimamente la actividad comercial mundial se habrá puesto de nuevo en marcha.  Creo yo que además habrá servido para desinflar los abusivos precios que existían hasta ahora.


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