BARCELÓ

20 octubre 2009

SIN MALOS HUMOS EN SINGAPUR

Todo aquel que haya estado en Singapur se debe haber dado cuenta de la limpieza y pulcritud de sus calles, de la educación de la gente y de las cuantiosas multas impuestas a aquellos que se salten las normas y las leyes. Seguro que muchos también os habreis dado cuenta que los fumadores singapurenses no arrojan ni la ceniza ni la colilla al suelo (que gran contraste con las calles españolas), ya que utilizan unos pequeños ceniceros de bolsillo. Pues ahora y siguiendo el ejemplo de varias sociedades modernas, la moderna ciudad-estado quiere erradicar los malos humos de todos los espacios públicos del territorio.

Pero las autoridades de la economía más moderna del Sudeste Asiático no se conforman y quieren endurecer todavía más la legislación, ahora para reducir su consumo entre los menores de 30 años.

El Ministerio de Sanidad singapurés abrió el mes pasado una consulta en su página web para que los ciudadanos den su opinión sobre algunas medidas como encarecer las sanciones, prohibir la venta de tabaco en bares y tiendas de 24 horas o reducir los niveles de nicotina para mitigar la adicción.

Singapur aprobó su primera ley contra el tabaquismo en 1970, y desde entonces ha arrinconando cada vez a los fumadores, que ya no pueden encender un pitillo ni en las paradas de autobús.

En 2006, el veto se extendió a todos los lugares públicos cerrados y la mayoría de zonas al aire libre salvo las provistas de cenicero, y tirar una colilla al suelo acarrea una multa de 500 dólares locales (350 dólares estadounidenses o 250 euros).

Otros países asiáticos como Japón o Tailandia lo han intentado, pero ninguno ha logrado que se cumpla la ley como en Singapur, donde fuma algo menos del 20 por ciento de la población de 4,6 millones de habitantes.

Consumir tabaco en cualquier sitio sin permiso se castiga con 250 SGD por la primera ofensa, 500 por la segunda y 1.000 por la tercera, y la legislación contempla incluso trabajos comunitarios y una pena máxima de un año de cárcel para los reincidentes.

La mayoría de los singapureses, incluso los fumadores, defienden estas medidas, que las ven necesarias para que Singapur pueda seguir siendo tan limpia y cívica.

Además, desde el 1 de enero de 2009, el Gobierno estampa no sólo el paquete sino también cada cigarrillo con un sello oficial para distinguirlos y luchar así contra el contrabando.

Singapur es la única nación del planeta que prohíbe la importación de cualquier producto de tabaco y además lo considera un delito de evasión de impuestos tipificado en el código penal.

Un pitillo que no lleve debajo del filtro el distintivo "SPDC" (Singapore Duty Paid Cigarette) -incluso si se ha sido comprado en las tiendas "duty-free"- puede ser decomisado por las autoridades, que imponen al infractor una multa mínima de 150 SGD por cada cajetilla ilegal.

Hasta el 20 por ciento del tabaco que se consume en Singapur es ilícito, según datos del sector, por el alto precio del legal a raíz de la altísima tasa impositiva gubernamental.

Cada paquete está gravado con siete dólares locales, casi el 60 % del valor, con lo cual una cajetilla de Marlboro cuesta unos doce dólares, el doble que en Hong Kong y diez veces más que en Filipinas.

Muchos singapureses y la mayoría de los turistas se la juegan para sortear la prohibición y, al llegar al aeropuerto, pasan por el canal verde de aduanas y cruzan los dedos para que los funcionarios decidan no inspeccionar su equipaje.


Si son "pillados" por primera vez, el tabaco es requisado y se marchan con una advertencia, pero si reinciden pagarán la multa correspondiente y se arriesgan a que le nieguen la entrada al país.

Hace un lustro, Singapur también fue pionera en Asia en la colocación en los paquetes de imágenes de enfermedades asociadas al consumo de tabaco para disuadir a los fumadores.

Algunas de ellas, como la de un feto muerto en la matriz de una mujer que padece cáncer, son tan explícitas que pueden herir la sensibilidad. 
Aquí os pongo uno de los anuncios más aterradores que he visto jamás contras este asqueroso vicio y que ya había colocado alguna otra vez aquí.




1 comentario:

viajar sin brujula dijo...

Me parece muy bien que tomen medidas para preservar la limpieza y pulcritud de la ciudad. Vivo en una ciudad de las denominadas turisticas, en Argntina, y aqui por el contrario de limpieza en las calles y veredas ni se habla