Mientras el mundo afronta nuevas amenazas de escasez de agua, desatadas por fenómenos como el recalentamiento planetario y las demandas de bioenergía, Singapur e Iraq son señalados como dos extremos en materia de administración hídrica.Singapur, la diminuta ciudad-estado de 4,5 millones de habitantes, es promocionada como un gran éxito pese a la ausencia de recursos naturales. Iraq, en cambio, es descartado por considerarse un gran fracaso, pese a que cuenta con dos importantes ríos.
El logro ampliamente reconocido de Singapur en lo relativo a las políticas hídricas le hizo ganar a esta nación de Asia sudoriental el premio al Agua de la Industria de Estocolmo en la Semana Mundial del Agua, que finalizará este sábado en la capital sueca.
"Nos hemos asegurado de que nuestro suministro hídrico sea sustentable por los próximos 100 años o más", dijo Khoo Teng Chye, principal ejecutivo de la agencia nacional del agua de Singapur.
Esto habría sido inimaginable en los años 60 y 70, dijo, cuando Singapur enfrentó todos los problemas de la urbanización rápida: escasez de agua, ríos contaminados e inundaciones por doquier.
"En 10 años, los ríos fueron limpiados. El Singapur quedó libre de contaminación y está repleto de peces", dijo en la ceremonia de entrega de premios en la conferencia de una semana patrocinada por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo.
Singapur, que otrora dependía principalmente de la vecina Malasia para obtener agua, ahora tiene tres fuentes adicionales: recolección de las cuencas locales conocidas como los Cuatro Grifos Nacionales, así como el reciclaje y la desalinización de las aguas del mar.
Las cuatro plantas recicladoras de Singapur satisfacen 15 por ciento de las necesidades hídricas de la ciudad-estado. Se planea, de aquí a tres años, crear una quinta que, junto con las otras, cumplirá con 30 por ciento de la demanda de agua.
"Todos los países industrializados pueden aprender de Singapur cuál es la mejor manera de administrar eficiente y equitativamente el suministro hídrico urbano y los sistemas de manejo de aguas servidas", dijo el profesor Asit Biswas, del Centro del Tercer Mundo para Manejo de Agua, con sede en México.
Tras firmar un nuevo acuerdo de asociación con Singapur para promover conjuntamente el manejo seguro del agua potable en el ámbito global, la directora general asistente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Susanne Weber-Mosdorf, declaró que "Singapur es un modelo de manejo integrado del agua".
Por eso "la OMS espera trabajar de cerca con (ese país) para compartir esa pericia en administración hídrica con sus estados miembro", añadió.
En contraste con Singapur, Iraq tiene abundante agua dulce, procedente de dos importantes ríos: el Tigris y el Éufrates.
Pero el país, rico en recursos naturales y con vastas reservas de petróleo, estuvo plagado por años de conflictos. Entre ellos, una guerra con el vecino Irán (1980-1988), la invasión liderada por Estados Unidos el 20 de marzo de 2003 y la posterior ocupación, así como violencia la sectaria.
Como resultado, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el sector hídrico de Iraq "enfrentó un importante deterioro en años recientes".
Los factores que contribuyeron con esta caída incluyen una seria falta de coordinación entre varios organismos públicos, poca capacidad de implementar un plan nacional de recursos hídricos, el hecho de que esos recursos están cada vez más agotados y la degradación ambiental.
"Una demostración sorprendente de su mala administración es que 90 por ciento de los recursos hídricos de Iraq actualmente son usados para la agricultura, mientras que todavía importa la abrumadora mayoría de sus productos agrícolas", señaló el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Una conferencia de donantes realizada en mayo en Jordania subrayó los principales desafíos en Iraq y propuso un plan de acción a largo plazo para mitigar la crisis hídrica en ese país devastado por la guerra.
"A fin de revertir esta tendencia, es esencial potenciar la capacidad del gobierno para coordinar y desarrollar una estrategia integrada de manejo de recursos hídricos", dijo Paolo Lembo, director del PNUD para Iraq.
"Es verdad que Iraq actualmente enfrenta importantes desafíos humanitarios, pero nuestra responsabilidad no es sólo responder a las terribles realidades del presente, sino también sentar las bases para un futuro desarrollo sostenible", agregó.
En un estudio difundido en Estocolmo, la Unidad de Investigaciones Internacionales sobre Servicios Públicos, con sede en Francia, destacó que Sudáfrica, igual que Singapur, es otro país que está en el camino correcto para lograr una efectiva administración del agua.
En 1994, al finalizar el apartheid (régimen de segregación racial en detrimento de la mayoría negra de Sudáfrica), aproximadamente 15,2 millones (38 por ciento) de los 40 millones de sudafricanos carecían de acceso a un suministro básico de agua.
Los gobiernos post-apartheid construyeron una infraestructura que satisface las necesidades de casi 10 millones de pobladores rurales. Y para 2009, se espera que Sudáfrica cumpla con las necesidades hídricas básicas de todo el país.
El estudio indica que cualquier intento realista de desarrollar servicios hídricos en países de ingresos medios y bajos debe centrarse en el sector público.
"Pese a toda la atención que se le dio a la privatización del agua en los últimos 15 años, los servicios hídricos del mundo siguen siendo provistos abrumadoramente por el sector público", afirma.
En países de ingresos medios y bajos, 90 por ciento de las ciudades con más de un millón de habitantes eran abastecidas hasta mediados de 2006 por un operador del sector público.
"Este predominio del sector público está creciendo, a medida que las empresas privadas se retiran de muchas de las concesiones y los contratos en países en desarrollo", señala el informe.
En áreas rurales, donde hay pocos negocios redituables para las compañías privadas, el porcentaje de servicios hídricos proporcionados por el sector público es de casi 100 puntos.