Las autoridades de Singapur volvieron a dar su visto bueno a la prohibición, vigente desde hace 18 años, de importar y vender el chicle. De tal manera Singapur sigue conservado su imagen internacional de ser una gran urbe, con unas estrictas y eficaces leyes públicas.
“El gobierno ha confirmado su anterior decisión de prohibir el uso del chicle”, declaró Maliki Osman, secretario parlamentario del Ministerio de Desarrollo Nacional. “Mientras tengamos vigente este decreto, el chicle no constituye ningún problema. Había fundados temores de que el levantamiento de la prohibición pudiera provocar nuevamente suciedad en las calles, al igual que minar los esfuerzos encaminados a preservar la limpieza urbana”, puntualizó.
Singapur prohibió la importación y venta del chicle en 1992 en un intento de acabar con la sustancia pegajosa que embadurnaba sillas, mesas, ascensores y otros lugares públicos. Pero uno de los motivos más importantes fueron las interrupciones en el metro urbano (conocido como MRT), ya que el chicle muy a menudo se pegaba a las puertas de los vagones, provocando desperfectos y demoras.
Las autoridades locales levantaron parcialmente la prohibición de esta gominola en 2004 a raíz del Tratado de Libre Comercio, firmado entre Singapur y EE. UU en lo que se refiere a productos farmacéuticos de ayuda a los fumadores.
2 comentarios:
Tengo que decir que en principio me pareció una chorrada como la copa de un pino esto, ¿eh?
Pero pensando en el gasto, la suciedad y las caries que provoca, oiga, pues tiene su sentido.
No supone nada el no comer chicle... es una chorrada de ley, pero yo no lo echo de menos jeje
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