Hay alguna gente que critica y se molesta por estas multas, ya que al no estar acostumbrados a que al lanzar una colilla al suelo nadie se asombre y mucho menos le multen, pues les parece una barbaridad.Foto de Flickr
El gobierno de Singapur ha insistido en el respeto a la convivencia pública, y para ello han sido impuestas diversas leyes que controlan el orden y la limpieza de los espacios comunes. Por ejemplo, la venta de chicle se prohibió durante doce años, ya que había un exceso de goma de mascar pegada en los espacios públicos. En mayo de 2004 se levantó la prohibición, pero sólo se autorizaron los chicles con fines terapéuticos como los de nicotina y se consiguen únicamente en farmacias. Se exige que el consumidor firme que compró el producto para así tener una vigilancia plena del uso que se le dé.
Se cobran altas multas a aquel que come en los transportes públicos, a quien tira basura en las calles u obstaculiza el tránsito peatonal o automovilístico. Aquel que no respeta las señales de tránsito es castigado, tanto el que camina como el que maneja. Los castigos pueden sorprendernos, ya que no sólo son multas o encarcelamientos, sino que también hay sentencias físicas como los latigazos y está vigente la pena capital mediante el ahorcamiento. No obstante, la mayoría de los castigos se limitan a altas multas económicas que aumentan si se reincide en el delito y son menores las sentencias de castigos físicos.
Algunos extranjeros critican estas formas de castigo, ya que los latigazos o la pena capital son consideradas por algunos como actitudes “poco civilizadas”, lo cual sorprende en el caso de Singapur, donde los castigos “poco civilizados” corresponden a las violaciones de las reglas de civilidad.
Singapur es un sitio excepcional por la armonía de convivencia étnica y religiosa, además el Estado destina 19% del presupuesto a la educación, toda la población maneja al menos dos idiomas y 2 millones de personas tienen empleo. La riqueza no sólo es económica, sino que el sincretismo de herencias culturales les ha brindado la fortaleza para erguir una idea de nación fundada en el orden y en el respeto absoluto a los espacios públicos.
También existen algunas normas que se han quedado un poco anticuadas con los tiempos que corren, tales como la prohibición de la pornografía, entrar en el país con cigarrillos, prohibición del bungy jumping (puenting). Hay que indicar que la homosexualidad sigue prohibida en el país, aunque es ampliamente tolerada e incluso hace poco el mismísimo Lee Kwan Yew expresó su deseo de revisar esta norma en breve.
Atrás en el tiempo quedó la prohibición de entrar en el país con el pelo largo.
Hay que añadir que todas estas normas cuentan con una amplia aprobación por parte de la población de Singapur.
1 comentario:
wow...
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